“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El
testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los
mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto
de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los
juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el
oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que
destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; En
guardarlos hay grande galardón.” (Salmos 19.7-11)
|